Mi abuelo paterno nació en Ayo el chico, Jal. (hoy Ayotlán), el 31 de diciembre de 1898.
Llegó con su familia a Guadalajara, Jal., en 1914 huyendo del pueblo por la Revolución.
Trabajó en los almacenes de “La Ciudad de México”, ubicados en el portal frente a la Plaza de Armas en el Centro Histórico de Guafalajara. Después en los almacenes de “El Nuevo Mundo” hasta 1962, como Encargado del Departamento de Casimires, Ropa y Confección para Caballeros, dedicándose enseguida a administrar los edificios de Don Augusto Brun B.
Fue líder sindical y Secretario General por varios períodos en la Liga de Empleados de Comercio e Industria (LECI) y compró el local de Hidalgo No. 222 (hoy Congreso Legislativo), para patrimonio de los afiliados, con cláusula de no poder ser vendido nunca. Posteriormente esto fue modificado por otros funcionarios mediante una “permuta” con el Gobierno del Estado de Jalisco.
Fue de los primeros Consejeros ciudadanos para la formación del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), asistiendo en México a varias juntas y Congresos.
Debido al surgimiento de problemas internos, salió y formó con varios compañeros los Sindicatos de Empresa de los negocios departamentales que aún subsisten (La Ciudad de México y El Nuevo Mundo).
Mediante un permiso “sin goce de sueldo” fue Regidor del H. Ayuntamiento de Guadalajara en 1945 y 1946, por el Partido Revolucionario Institucional (PRI), siendo Gobernador del Estado su amigo el Gral. Marcelino García Barragán, y pronto regresó a su anterior puesto en El Nuevo Mundo.
En 1929 y en plena “Cristiada”, se casó con Maria Luisa Araujo Lizana (Mara). Vivieron un corto tiempo en la casa de mi bisabuela materna por la calle de Alameda. Luego a espaldas del Teatro Degollado mientras estaba habitable la casa propia que construyeron en Calzada del Ejército No. 23 y 25, donde vivieron hasta el fallecimiento de mi abuelo Alfonso.
Alfonso y Mara, mis abuelos, procrearon tres hijos varones; Alfonso el primogénito nacido en 1930 y murió a los cuatro años y medio de edad por fiebre tifoidea. Alfonso (mi padre), el segundo, nacido en 1935 y Enrique el último, nacido en 1939.
De mi abuelo Alfonso recuerdo varias cosas con enorme gusto y cariño. Inolvidables aquellas mañanas que tuve la oportunidad de acompañarlo a que cobrara las rentas del edificio Lafayette, ubicado sobre la Av. Chapultepec casi esquina con Av. La Paz, en la colonia Americana, en Guadalajara, Jal.
Mientras él hacía su recorrido en el interior del edificio, mi “responsabilidad” era estar al pendiente de ponerle monedas al estacionómetro sobre la Av. La Paz. En aquel entonces, cuando se terminaba el tiempo de un estacionómetro, se escuchaba un timbre y aparecia un letrero en rojo. Inmediatamente me bajaba del auto y volvía a ponerle monedas en espera de mi abuelo.
Otro de los grandes recuerdos con él y Mara mi abuela, eran aquellos deliciosos desayunos “verdaderamente” caseros. Cómo olvidar los frijoles refritos o de la olla que hacía Mara, aquellos virotes salados, la panela deliciosa, aquel café con leche entera de vaca, y mil delicias más.
Aquellas tardes viendo juntos la televisión mis abuelos Mara, Alfonso y yo, disfrutando aquel amor y atención que de manera especial brindan los abuelos a los nietos, y más a mi que era el primogénito.
De manera totalmente inesperada, pues no padecía ninguna enfermedad crónica, y no se encontraba enfermo en ese momento, mi abuelo Alfonso sufrió un paro cardíaco fulminante que le ocasionó la muerte el el 14 de septiembre de 1968, en la Ciudad de Guadalajaram Jal., y sus restos fueron depositados en el Panteón de Mezquitán.
Con la autorización de mi padre Alfonso y mi tío Enrique (su hermano), mis hermanos (Adriana y Ernesto) y yo realizamos los trámites administrativos de ley para realizar la exhumación de sus restos, los cuales depositamos en el interior del Templo de San Roberto Abad, en un nicho especial donde a partir del sábado 14 de abril de 2018, se encuentra junto con mi abuela María Luisa (su esposa), y mis abuelos maternos (sus consuegros) Concepción, Salvador y Chavita, primogénito de ellos y hermano de mi madre Sara.
Descanse en paz, Alfonso Gómez Tejeda.